El aceite se transportaba principalmente por barco, como ya hemos comentado antes, ya que era mucho más barato. Las ánforas olearias que se transportaba por barco se disponían de la siguiente forma para que se rompieran las menos ánforas posibles.
El aceite que se transportaba en barco seguía unas rutas comerciales que eran las siguientes:
La primera ruta era la que salía desde el sur de la Península Ibérica hasta cruzar el estrecho de Bonifacio hasta Roma.
La segunda ruta era en la que se producía una salida de los barcos desde el sur de la Península Ibérica y se iba por la actual costa valenciana hasta llegar al sur de Francia, a la antigua Massalia y se subía el Ródano para que el aceite llegara a los soldados legionarios que se encontraban en el norte de Francia y en el sur de Britania.
La tercera ruta correspondía a la salida de los barcos del sur de la Península y iba hasta el sur de Britania.
La primera ruta era la que más se realizaba, esto los sabemos gracias a que es en esta donde hemos encontrado más resto de ánforas olearias y además tenemos el monte Testaccio (las ánforas se tiraban porque eran muy baratas de manera que cuando se había transportado el aceite se mojaban para que no olieran y se tiraban al monte Testaccio (el monte de los Tiestos), que está formado más o menos por un 85% de ánforas olearias provenientes de la Bética) como prueba de que en Roma el consumo de aceite era muy grande. El uso del aceite era muy variado: alimento, para la iluminación (lámpara de aceite), etc.
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