Hola Chi@s, aquí os dejo una actividad con la que aprenderemos a reconocer los rasgos más característicos de cada uno de los estilos de arquitectura del Renacimiento y el comienzo del Barroco en España. Espero que os divierta y os ayude a preparar esta parte del temario.
La pintura en el Siglo de Oro
¡Hola chicos y chicas!
Aquí tenéis una serie de actividades para repasar los contenidos de pintura que hemos estado trabajando en clase. Recordad que tenéis que aceptar el applet para poder hacer las actividades.
¡Que disfrutéis!
Aquí tenéis una serie de actividades para repasar los contenidos de pintura que hemos estado trabajando en clase. Recordad que tenéis que aceptar el applet para poder hacer las actividades.
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El blog de la clase.
Hola chic@s:
Este será el BLOG de la asignatura de Conocimiento del medio, en lo referido a Historia durante lo que queda del curso.
Como ya sabéis de otros blog de clase que hemos utilizado a lo largo de año académico, en este blog podréis encontrar información sobre los temas que estamos trabajando en clase. La información se podrá presentar en forma de textos, imágenes (en las cuales podéis pinchar para verlas más grande) y/o vídeos.
También se irán poniendo actividades creadas con el programa Jclic, como en otros blogs y las cuales ya sabéis cómo van, que os permitirán conocer mejor la Historia.
Espero que os guste.
La situación de la Península Ibérica antes de la llegada de los romanos.
La Península Ibérica es y ha sido un territorio que ofrece muchas ventajas, no solo económicas, sino también estratégicas; empezando desde su clima y terminando por su localización (a un lado el mar Mediterráneo y al otro el océano Atlántico). En un principio se encontraba habitada por pueblos que vivían de los productos obtenidos a través de la caza sobre todo, pero también de la agricultura y la pesca.
Entre los pueblos que estaban asentados en ese momento, debemos de destacar a los Tartessos, ya que eran el pueblo más numeroso y desarrollados en técnicas agrícolas y armamentísticas. Se encontraban asentados al sudoeste de la Península, es decir, en la actual Andalucía, en torno al río Guadalquivir. Fueron el primer pueblo en tener contacto con los Fenicios, pueblo navegante y comerciante que procedía del norte de África y buscaba zonas donde poder encontrar materiales disponibles para comerciar con ellos. De esta manera salían de Tiro para buscar zonas donde formar colonias. Llegaron a establecer una gran red de comercialización a lo largo de todo el mar Mediterráneo. Conocemos gracias a la fuentes clásicas el tipo de comercio que realizaban los Fenicios: comercio silencioso. Tras numerosos intentos, los Fenicios se establecieron por fin en la actual Cádiz, a la que le dieron nombre de Gadir.
Los Fenicios poco a poco se introducieron en la Península, donde realizaban trueques con los pueblos indígenas, sobre todo con los Tartessos; los cuales aprendieron muchas cosas de los estos colonizadores. Hoy en día conservamos algunas obras de Tartessos, que realizaron mediante el uso de las técnicas aprendidas de los Fenicios, como por ejemplo: Astarté (Diosa fenicia).
Los Fenicios poco a poco se introducieron en la Península, donde realizaban trueques con los pueblos indígenas, sobre todo con los Tartessos; los cuales aprendieron muchas cosas de los estos colonizadores. Hoy en día conservamos algunas obras de Tartessos, que realizaron mediante el uso de las técnicas aprendidas de los Fenicios, como por ejemplo: Astarté (Diosa fenicia).
En el siglo VI a.C. la Península fue tomada por los Cartaginenses que estaban empobrecidos y deteriorados tras la Primera Guerra Púnica contra los romanos. La Península Ibérica era una tierra llena de recursos, por lo que lucharon hasta establecerse en ella. Provocaron la desaparición de los Tartessos. Realizaron un tratado con Roma en el que se admitía la supremacía cartaginense al sur de la Península Ibérica, tomando como punto de referencia el Ebro. Con la llegada de Aníbal Barca al mando de los Cartaginenses, tras haber conquistado varias ciudades, el ejército cartaginés conquistó Sagunto (que tenía una mitad fiel a Cartago y otra mitad fiel a Roma) y Roma declaró la guerra al ejército cartaginés. Aníbal decidió entonces ir a Roma para conquistarla. Llevó a su ejército, constituido de soldados, jinetes y elefantes, a través de los Alpes, evitando así la ofensiva romana de Marsella. Cuando llegó a la Península Italiana ganó varias batallas como las del Trebia y Cannas. Cuando se encontraba en las puertas de Roma decidió fortificar sus tropas. Sin embargo, no recibió efectivos suficientes ni por parte de los escasos aliados de la Península Italiana, ni de parte de Cartago. Su hermano que se encontraba en Hispania decidió llevar a su ejército para unirlo con el de su hermano, pero fue derrotado cuando llegó a la Península Italiana. Aníbal se retiró a las montañas y los romanos conquistaron la Península Ibérica que estaba poco protegida. Cartago pidió la paz y le dio sus colonias a los romanos. Aún con el tratado de paz las incursiones a Cartago no pararon durante los cincuenta años que estuvo pagándole indemnizaciones a Roma. Cuando terminó de cumplir su parte del tratado Cartago procedió a disponer sus ejércitos contra las incursiones. Roma intentó empujar a Cartago a una guerra abierta con la puesta de condiciones abusivas. De esa manera comenzó la Tercera Guerra Púnica, que acabó la destrucción de Cartago.
La llegada del Imperio Romano a la Península Ibérica.
Después de haber conseguido arrebatar la Península a Cartago, con la caída de Cartago Nova, los romanos procedieron a asentarse en una tierra llena de recursos aún sin explotar y que aseguraban ganancias si se comerciaba con ella. A esta tierra le dieron el nombre de Hispania.
Hispania Romana.
Los primeros asentamientos de los romanos en la Península Ibérica fueron los campamentos de las legiones. Estos estaban situados en sitios de gran importancia estratégica. Estos campamentos se disponían de manera cuadrucilar. En el centro del campamento se situaba la tienda principal, que pertenecía al general de la legión y era donde se guardaba los tesoros y el águila de Roma de esa legión.
Alrededor de estos campamentos empezaron a asentarse indígenas que establecían tratos comerciales con los soldados romanos. Los tratos más importantes se llevaban a cabo en la tienda principal.
Con el paso del tiempo, estos campamentos se convirtieron en villaes (villas romanas). Las tiendas del campamento se convirtieron en casas y la tienda principal en el foro de la ciudad, donde los romanos realizaban la mayoría de sus actividades.
A partir de la época del Alto Imperio, se empezaron a implantar domus alrededor de las villaes.
Con el paso del tiempo, estos campamentos se convirtieron en villaes (villas romanas). Las tiendas del campamento se convirtieron en casas y la tienda principal en el foro de la ciudad, donde los romanos realizaban la mayoría de sus actividades.
A partir de la época del Alto Imperio, se empezaron a implantar domus alrededor de las villaes.
Estas estaban gobernadas por un señor que tenía un gran número de esclavos (hombres, mujeres y niños) a su servicio, los cuales no tenían ningún derecho, al igual que las mujeres romanas. Los esclavos se encargaban de cuidar los cultivos y de realizar el resto de las tareas de la domus, para ello utilizaban diversas herramientas para el cultivo de: Olivos, trigo, vid, etc. Vivían en pequeñas construcciones o anexos de la domus, mientras que el señor vivía en la gran hacienda. El señor recibía visitas de otros señores y comerciantes con los que establecían acuerdos económicos.
El sistema de comercio que había en la Hispania era el siguiente:
El sistema de comercio que había en la Hispania era el siguiente:
Los productos agropecuarios y los metales que se conseguían en la Península se trasladaban en su mayoría a otras partes del Imperio para que se pudieran usar como productos comerciales. Por esto y por muchas otras razones Hispania se convirtió en un centro de intereses para el Imperio Romano.
Aceite: Producción y comercio.
El aceite era uno de los productos comerciales de Hispania más codiciado por Roma, por eso la mayoría del aceite que se producía se trasladaba a esta. Esto era debido a que el aceite se podía utilizar para muchas cosas, como por ejemplo: lámparas de aceite, alimento, etc. El aceite se trasladaba a Roma por una de las tres rutas comerciales, específicamente por la ruta que cruzaba el estrecho de Bonifacio.
Los cultivos de olivo se encontraban y trabajaban mayoritariamente al sur de la Península Ibérica, sobre todo, en la zona del Valle del Guadalquivir (la Bética), donde las condiciones climatológicas son más propicias al desarrollo de estos. Además gracias a su proximidad al río Guadalquivir y a sus afluentes, como por ejemplo el Genil, se favorecía su forma de transportar el aceite.
La producción del aceite dependía de si el dueño del cultivo poseía de la maquinaria necesaria para la producción de este, es decir, si poseía una prensa de aceite, en la cual se metían las aceitunas para que se aplastarán y saliera aceite. Si estos pequeños empresarios carecían de estas herramientas tenían que vender las aceitunas a los grandes empresarios, de los cuales tenían algunos hasta su propia fábrica alfarera para la producción de ánforas para el transporte de estas. Este aceite se los vendían a los comerciantes y/o a los clientes o consumidores.
Ánforas y río Guadalquivir.
Las ánforas eran el principal recipiente mediante el cual transportaban el aceite. Aunque las ánforas también podían utilizarse para transportar otros productos. Había dos formas de transportar el aceite principalmente por el camino, mediante el uso de carros tirados por mulas, o bien por barco.
El viaje por carro era más lento que el viaje por barco. Además, el barco ofrecía más ventajas cómo que las ánforas no se rompían tan frecuentemente como durante el viaje en carro. Para que no se perdiera tanto aceite durante el transporte en carro se utilizaba los odres, que eran mucho más caros y no permitían desplazar tanta cantidad y tan bien el aceite. Además los viajes por carro daba la posibilidad de que se sufriera más atraco y se corriera la posibilidad de otros peligros.
Las ánforas se fabricaban en las alfarerías que se encontraban en las orillas del río Guadalquivir. Muchas de estas alfarerías pertenecían a los productores de aceite. La zona del Guadalquivir que comprende el recorrido entre Corduba e Hispalis, y en el Genil desde Astigi (Écija) hasta que se incorpora al río Guadalquivir, no es una zona navegable debido a la poca cantidad de agua que había río. Por ello, en estos tramos los romanos construyeron diques y se transportaba las ánforas hasta una zona navegable por barcos, mediante almadias y barcas con fondo plano, que se impulsaban por el agua retenida en el dique. Las almadías podían transportar alrededor de setenta ánforas.
Para fabricar un ánfora se seguía los siguientes pasos:
Para que se terminaran de secar las metían en hornos como el siguiente:
Había muchos tipos de ánforas, que posiblemente servían para poder transportar otros tipos de productos como el vino. En esta foto podéis ver varios tipos de ánforas:
Las ánforas pesaban unos treinta kilos vacías y podían llegar a transportar alrededor de unos veintiocho kilos de aceite. Las ánforas presentaban una serie de sellos que nos ofrecían mucha información. Los sellos nos decían:
2. Peso del aceite.
3. Nombre del envasador-difusor.
4. Nombre del productor del aceite, fecha del envasado y el nombre de los habitantes de la hacienda que intervenían en la producción del aceite.
5. Fecha de partida, a Roma mayoritariamente.
Las tres rutas comerciales del aceite.
El aceite se transportaba principalmente por barco, como ya hemos comentado antes, ya que era mucho más barato. Las ánforas olearias que se transportaba por barco se disponían de la siguiente forma para que se rompieran las menos ánforas posibles.
El aceite que se transportaba en barco seguía unas rutas comerciales que eran las siguientes:
La primera ruta era la que salía desde el sur de la Península Ibérica hasta cruzar el estrecho de Bonifacio hasta Roma.
La segunda ruta era en la que se producía una salida de los barcos desde el sur de la Península Ibérica y se iba por la actual costa valenciana hasta llegar al sur de Francia, a la antigua Massalia y se subía el Ródano para que el aceite llegara a los soldados legionarios que se encontraban en el norte de Francia y en el sur de Britania.
La tercera ruta correspondía a la salida de los barcos del sur de la Península y iba hasta el sur de Britania.
La primera ruta era la que más se realizaba, esto los sabemos gracias a que es en esta donde hemos encontrado más resto de ánforas olearias y además tenemos el monte Testaccio (las ánforas se tiraban porque eran muy baratas de manera que cuando se había transportado el aceite se mojaban para que no olieran y se tiraban al monte Testaccio (el monte de los Tiestos), que está formado más o menos por un 85% de ánforas olearias provenientes de la Bética) como prueba de que en Roma el consumo de aceite era muy grande. El uso del aceite era muy variado: alimento, para la iluminación (lámpara de aceite), etc.
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